Publicado el 03/05/2024
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¡Buenos días! Parece que Gondor pide auxilio, y Rohan responderá. En este caso en forma de Jefe Orko, que ha rescatado de entre sus archivos una campaña con final en árbol para dos jugadores, de forma que en unas cuantas tardes jugando a Warhammer Fantasy podamos conocer si una amenaza de Condes Vampiro causa estragos en el bosque de los Elfos Silvanos. Hoy os situamos y mañana os contamos los escenarios.
En el año imperial 1345 DS, el bosque mágico de Athel-Loren
fue presa de una de las mayores amenazas a las que se haya tenido que enfrentar
a lo largo de las eras. Los hijos de Isha y los seres mágicos del bosque
tuvieron que repeler de su hogar a las hordas de muertos bajo el mando de
Mersith Corazón de Hielo, una poderosa vampira que ansiaba hacerse con los
antiguos secretos que guardaba el bosque. He aquí el relato de aquellos
sucesos…
LA
AMBICIÓN DE MERSITH CORAZÓN DE HIELO
Poco se
sabe de esta temible y vil criatura de la noche. Todo lo que los eruditos y
estudiosos han escrito sobre ella son meras especulaciones. Se cree que
Mersith llegó hasta el reino de Bretonia
huyendo de la persecución del culto de Sigmar. Su crueldad, su ansia de sangre
y su lujuria habían sometido a varios miembros de la nobleza de Reikland
teniendo a su voluntad a gran parte del condado. Sus excesos pronto atrajeron
las miradas de los cazadores de brujas y los sacerdotes. La campiña de Reikland
fue purgada, los siervos y esclavos de Mersith ajusticiados y ella se vio
obligada a huir hasta Bretonia para no perecer.
Allí, bajo
su mirada hipnótica y la voluptuosidad de su cuerpo le fue fácil someter a Jaun
de Lampierre, un noble de la baja nobleza bretoniana, cuyas tierras y campos de
su feudo lindaban con el secreto bosque de Athel-Loren. Aguardó oculta en el
castillo del sometido Jaun, haciendo de sus torres su corte, y evitando que sus
ordalías de sangre y dolor fueran más allá de sus gruesos muros. Había
aprendido la lección en Reikland, la discreción era un arte indispensable para
la aristocracia de la noche. Durante todo ese tiempo, Mersith escuchó gran
cantidad de las leyendas y rumores que sobre Athel-Loren había. Por medio de
siniestros rituales podía viajar más allá del castillo de Lampierre sin que su
cuerpo abandonara sus muros. El viento era sus oídos y las aves y bestias eran
sus ojos. Y así, poco a poco, comenzó a espiar a los habitantes y los secretos
del bosque.
Pronto
descubrió lo que anhelaba en un recóndito claro del bosque, la Piedra de la
Vida: un enorme monolito de eones que guardaba gran cantidad de las energías
mágicas de las que se nutría el bosque. Si llegaba hasta la piedra y corrompía la magia que por ella fluía,
tendría una fuente de inagotable poder mágico que le permitiría convertirse en
una auténtica reina de los vampiros, como la gran Neferata, o el mismísimo Von
Carstein.
La astuta Corazón de Hielo sabía
de los peligros del bosque y sus guardianes. Los espíritus que en él habitaban
y sus aliados los elfos no consentirían la profanación de la piedra, pues su
propia vida dependía de ella. Pero en las raíces de los árboles de Loren, la
vampira encontró la respuesta a como acabar con ellos. Bajo los árboles se
hallaban los cuerpos de todos los que una vez se atrevieron a profanar el
bosque y sólo encontraron la muerte. Versada en las artes de la nigromancia,
alzaría una horda de muertos en el propio corazón del bosque y destruiría a
quien le impidiese llegar hasta la piedra…
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